El cultivo y el aceite de la palma africana
La palma africana es un cultivo perenne que comienza a dar fruto aproximadamente 24 meses después de sembrada. Después de sembrada se cosecha en ciclos y su vida útil en la plantación es de alrededor de 20 años, ya que a esta edad se comienza a dificultar su cosecha. Por su tamaño y productividad (es la oleaginosa más productiva del mundo por unidad de tierra) demanda una gran cantidad de agua, luz y un programa de fertilización regular. Cada planta tiene racimos masculinos y femeninos, de los cuales sólo el segundo desarrolla frutos.
La cosecha se realiza con unos instrumentos denominados cuchillos malayos, una vara con un filo curveado en el tope, que el cosechero utiliza para cortar los racimos maduros y dejarlos caer al suelo. Del campo se transportan a la fábrica, en donde se desfrutan los racimos y se le exprime el aceite al fruto. Los racimos vacíos y otros sub-productos vuelven al campo para complementar el programa de fertilización.
El aceite de palma es actualmente el aceite comestible de mayor consumo a nivel mundial. Es una fuente importante de antioxidantes como tocotrienoles, una forma de vitamina E, y de beta-caroteno, una forma de vitamina A, ambos con numerosos beneficios para la salud. El aceite de palma está compuesto en casi la misma proporción por ácidos grasos saturados e insaturados. Los insaturados han demostrado tener múltiples beneficios para la salud, contribuyendo al bienestar del sistema cardiovascular. Los saturados, al tener diferentes características de los ácidos grasos saturados de origen animal, no presentan efectos negativos para la salud, siempre y cuando sean consumidos en cantidades razonables. De hecho, según varios estudios científicos, el consumo de aceite de palma puede reducir el nivel de colesterol en la sangre cuando es comparado a fuentes tradicionales de aceites grasos saturados.
Además, el aceite de palma, al ser semi-sólido a temperatura ambiente, no requiere de un proceso llamado hidrogenación al cual se someten otros aceites comestibles. Este proceso resulta en la creación de los llamados ácidos grasos trans, los cuales han demostrado tener múltiples efectos negativos para la salud del ser humano. A raíz de esto, ha habido un surgimiento en interés en el aceite de palma como alternativa saludable a aceites hidrogenados.